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OPINIÃO
Tela de Jasper Johns
Canoso y arrugado 

Si la reina de los idiotas unidos del mundo, Paris Hilton, hubiera utilizado contra un negro, Obama, adjetivos equivalentes a los usados contra un viejo, McCain, un escándalo universal habría acabado con su próspero negocio.

Y es que el movimiento idiota mundial respeta las reglas de la corrección política como el que más. Califica a un hombre de 72 años de canoso y arrugado, pero jamás se le ocurrirá llamar a un negro, pongamos que chocolateado y narizotas, oscuro y culón o cualquier otra desagradable equivalencia.

Lo que demuestra que la vejez está completamente desprotegida del rechazo, de la exclusión y de la ridiculización. También la idiotez, y mi ataque a Hilton es un ejemplo. Pero creo sinceramente que Paris y los de su especie no merecen nuestra preocupación.

Mientras que la vejez, que no es una opción como la idiotez, ha sido la gran olvidada de todas las campañas contra la discriminación y contra la intolerancia.

Por lo que, llegado a determinada edad, te resignas a que te jubilen forzosa o anticipadamente y aprendes a aguantar estoicamente la opinión sobre tus arrugas de cualquier mentecato sin bozal.

Y si todo eso te parece muy desagradable, tienes otra opción. Disfrutar del nuevo protagonismo de la vejez que proclaman algunas marcas de cosméticos y ropa. Como Lauren Hutton, 64 años, y ahí la tienen en la campaña de una conocida marca española, tan rejuvenecida por el ordenador como Beyoncé blanqueada por el suyo.

Proclame orgulloso la vejez siempre que aparente veinte o treinta años menos.
Que un negro sea presidente del país de Paris Hilton es revolucionario. De acuerdo.

Pero que lo sea un tipo «canoso y arrugado», también.

Opinión- Colaboraciones
13.02.2011